Domingo 14 de Marzo de 2004
La primera televisión que yo recuerdo
haber visto en el pueblo la compró (otra vez) mi tía Félix. Era una televisión
usada, con armazón verde, obviamente la señal era en blanco y negro y la
recepción bastante mala; había que encontrar siempre la manera de captar lo
mejor posible la señal. Recuerdo algunas ocasiones en las que había algún
evento importante, por ejemplo una pelea de box, en la que se tenía que
invertir un buen rato a ver si la televisión quería prender y se vería bien la
transmisión.
Mi tía instaló la TV en lo que después fue la
trastienda; ella andaba siempre tan ocupada que quienes realmente la prendían
eran sus sobrinos los más grandes. Yo iba y me asomaba y cuando veía que la
tenían prendida me quedaba un rato.
La primera televisión a color que recuerdo
haber visto en el pueblo fue en octubre de 1968, cuando estaban transmitiendo
los Juegos Olímpicos. Esta TV estaba en
una de las casas de los Enciso, frente al cine Bugazán. El aparato era de unas 13 pulgadas y se
encontraba en un cuarto con ventana hacia la calle; así que era común ver gente
pegada a la ventana tratando de ver aunque fuera un ratito esa maravilla
tecnológica. En ese cuarto parecía que había una señora ya muy mayor y enferma;
supongo que le habían puesto la TV
para que se entretuviera, así que la escena era bastante rara: una bola de
gentes asomando la cabeza por una ventana, mientras que una persona ya muy
grande de edad y enferma veía el programa desde su lecho.
Hubo una buena temporada en la que
nosotros, y muchas otras gentes, buscábamos donde nos permitían ver la TV , a veces necesitando hacer
un pequeño pago que empezó siendo de 20 centavos, “para la luz”. Así es que recuerdo que yo llegué a ir en ese
plan a la casa de Dn. Francisco Godínez, Raúl Campos; Jesús Villarruel, José
Carranza, Miguel Martínez y mi tío Macario Campos. Este último tenía un aparato bastante grande
y arregló un cuarto de su casa, frente al templo de San Miguel, para acomodar una
especie de bancas. Además de lo que
cobraba mi tío por la entrada, unos 20 o 30 centavos, también nos vendía una
variedad de dulces. Por alguna temporada yo prefería irme ahí los domingos en
lugar de entrar al cine; en parte para poder ver un programa que me gustó
mucho: “La Isla
de Guilligan”. De esa manera, también
tenía un poco más de posibilidades de que mi dinero me alcanzara para comprar
algo de cenar con Doña Ciri.
En el caso de la TV de mi tío José Carranza, por
un tiempo también a mis hermanas les gustaba ir para ver algunos programas con
los artistas del momento: Manolo Muñoz, Enrique Guzmán, Angélica María, César
Costa, Johny Laboriel, Los Rocking Devils, los Teen Tops; los Apson, entre
otros. A mi no me agradaban mucho esos
programas y hasta me daba cierto coraje cuando Beto Carranza les daba por su
lado a las muchachas y los sintonizaba, mientras que los chavos queríamos ver
otras cosas.
También con mi tío José Carranza fue
donde por mucho tiempo bastante gente se reunía los martes para ver la Lucha Libre. Este era un espectáculo muy esperado durante
toda la semana; era frecuente que uno pudiera llevarse un alcatraz lleno de
cacahuates y estar comiendo mientras estaba la función. Como se imaginarán, en
ocasiones estos cacahuates surtían efecto y esto se hacía notar en el ambiente.
La lucha libre era transmitida desde la Arena Coliseo de
Guadalajara y los anuncios que repetían eran casi siempre los mismos, muy
repetitivos y con pocos recursos: Autotransportes la Alteña , Casa Ramírez
Rábago, entre otros.
Había muchos luchadores que se
ganaban la simpatía y admiración de nuestros paisanos: Ray Mendoza “El Indio de
Mezcala”, Rolando Vera, Alfonso Dantés, “El Perro” Aguayo, “El Solitario”, entre
muchos otros; de vez en cuando también venían algunos luchadores de la capital
del país, como El Santo, Blue Demon y El Dr. Wagner”. Por supuesto que la gente
siempre pensó que las luchas eran muy reales, y por tanto veían a estos señores
como unos superdotados.
No recuerdo cuando fue que nosotros
tuvimos la primera televisión. Supongo que debió haber sido en 1970 o a
principios de 1971.