domingo, 22 de febrero de 2015

La entrada del agua potable


Escrito originalmente el Domingo 29 de febrero de 2004




Creo que fue como en 1963 o 1964 cuando se metió por primera vez la tubería de agua potable en el pueblo. En parte lo recuerdo porque fue un poco tiempo antes de la entrada de la electricidad. En ese tiempo estaba de gobernador Juan Gil Preciado, de quien mi papá comentaba que tenía alguna relación con unos parientes con quienes llegamos a vivir en Guadalajara. Es probable que la familia Cortés haya hecho alguna gestión para lograr este servicio. Yo creo que en agradecimiento por este apoyo del gobernador fue que luego se le puso el nombre de Juan Gil Preciado a la calle que va al lado de la carretera.

Recuerdo un domingo en el que mucha gente se reunió en El Tanque para inaugurar la obra que consistió en un depósito para almacenar el agua, justo arriba del cuerpo de agua de El Tanque. Luego había también un depósito un poco más abajo, por la calle que sale a la parada de autobuses, frente a la huerta que después compró el portero de las Chivas del Guadalajara: Gilberto “El Coco” Rodríguez.  Mi papá llegó ese día comentando como había estado el evento. Dijo que algún ingeniero había mencionado que el manantial de agua de donde se surtía el sistema de agua potable era prácticamente inagotable. Tengo idea de que fue en esa ocasión en la que al gobernador se le ofreció una comida en una de las huertas del barrio alto.  Convendría averiguarlo, porque no creo que hayamos tenido en otra ocasión la visita de un gobernador que se haya quedado a comer.

El sistema consistía en la instalación de una llave de agua en las principales esquinas del pueblo. De ahí la gente tenía que ir a llenar los cántaros y baldes para los diferentes usos. Visto a la distancia, ahora recuerdo como todo mundo acostumbraba tomar agua pegando directamente su boca al tubo de la llave; esto ahora nos parecería seguramente poco higiénico, pero entonces nos parecía de lo más normal.

Como se imaginarán, la introducción de este servicio fue visto como una señal indiscutible de que el pueblo estaba progresando. El agua de este sistema era bastante deliciosa; la gente se sentía orgullosa y se creía que este líquido era de mejor calidad que el que se tenía en otras localidades cercanas. Recuerdo que en más de un intento hecho por mi papá para escribir un corrido para el pueblo, incluía la mención del agua tan especial que teníamos.

Luego se vino el tiempo en que la gente tuvo mangueras en su casa. Ahí empezó el problema, pues varias señoras querían estar colgadas de la llave por largas horas, mientras se terminaba de lavar. Creo que nunca se pusieron bien de acuerdo y constantemente había pleitos; por años persistió una situación difícil, hasta que se introdujo la red casa por casa.

No recuerdo la fecha en que se introdujo la red en las casas, pero pienso que debió haber sido a principios de los 70s. La gente tuvo ya oportunidad de poner baños de regaderas y tasas para el baño en sus casas y llaves de agua instaladas directamente en las tinas de sus lavaderos y fregaderos. Para que esto fuera posible, fue necesario perforar un pozo artesiano camino a El Campo, a un lado de donde ahora está la escuela primaria.

Pese a este avance, la gente sintió que la calidad del agua nunca fue igual a la que se tuvo con el primer sistema; de ahí que todavía no hace mucho había quienes iban al depósito que está debajo de El Tanque y llenaban recipientes para tomar; dejando el agua del resto del sistema para las otras necesidades.


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